Ayer ahora

Recuerdo cuando los conocí, fue la primera vez que Giacomo amenazó mi vida; me esperó afuera de la oficina y atacandome por la espalda puso una bolsa negra en mi cabeza y me noqueó. Cuando me sacó la capucha me tenía en el balcón, atado de manos, listo para hacerme saltar… De pronto y par de golpes se sintieron en mi espalda, y una voz profunda preguntó «are You ok?», era Jacob, quien en los años venideros sería mi mejor amigo y compañero, quien estaría todos los días navegando en mis sombras protegiéndome.

Pasaron los años y Giacomo atacó un par de veces, la última vez yo estaba trabajando ya en la Universidad, y recuerdo que Jacob perdió el temple y lo mató. Francisco, un colega testigo de ello, conoció toda la historia ese día, y desde entonces Jacob y él se volvieron mis guardianes. Años de persecución y miedo me llevaron a temer por cada paso que daba, y aunque la amenaza de Giacomo había desaparecido, la presencia del Pancho y Jacob en mi vida me hizo paranoico y desconfiado.

Fue ese el contexto en el que conocí a Alejandra, ella fue mi estudiante cuando nos encontramos por primera vez, y al igual que yo cargaba con sus fantasmas. Mientras me contaba de la presencia de Elisa y de como ella la había hundido en la paranoia, el miedo y la desesperación los recuerdos de Giacomo me desesperaban, comencé a ignorar a Jacob y al Pancho y ellos presionaron recordándome que no estaba a salvo. Mantuve a la Ale alejada de ellos, y aunque nuestras miradas nunca se cruzaban, nos empezamos a amar y proteger mutuamente. Conocí a Elisa, y fue tan monstruosa como me la describió; se enteró de Giacomo, y me cobijó, y mientras estábamos en los brazos el uno del otro nuestras almas se cruzaron, pero siempre con la certeza de que debíamos protegernos, incluyendo de aquel que te ama.

La Ale se convirtió en mi hermana, nos cuidabamos y preocupabamos en cada mañana, nos acompañamos con tranquilidad y certeza; pero de la misma forma Jacob empezó a recelar de ella, había seguido en mi sombra sin que lo notara. Una tarde la Ale desapareció, así que partí a confrontar a Elisa, ella me dijo que dejara de buscarla, que sabía muy bien que había pasado… Y Jacob no me ayudaba a encontrarla.

Han pasado diez años de entonces, ni la Ale ni Jacob han vuelto a aparecer, el Pancho me niega haberlos conocido, y yo me siento aquí, en un sillón, tipeando este relato en el celular. Ayer en la Universidad encontraron un cadáver, y un mensaje de Elisa apareció en mi pantalla… «Encontraron a la Ale, será mejor que nos cuidemos las espaldas»… ¿A qué se refiere? ¿Que ha pasado?… Don’t worry, I’ll take care.

Cuentos

Goran Y. Lausic King View All →

Profesor de Historia y Ciencias Sociales, egresado el 2008, Magister en Historia. Con un gusto y una formación literaria que se remonta a 1998, año en que desarrollé mi primera novela no publicada, y que no publicaré jamás (no está en condiciones).
Mi primera novel publicada fue A diez pasos a la oscuridad, publicada en Amazon, y me encuentro en etapa de diseño de portada para Página en blanco, mi segunda novela. Mientras escribo historia, novelas y demases, divulgo mi trabajo corto (cuentos y poemas, principalmente), por medio de este espacio en la web.

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