Pienso en Francisca,

En aquella sonrisa

Que con sus ojos brillaba,

Que disipaba la pena

E iluminaba cuan llena,

Creía y equilibraba,

Amaba e idolatraba,

Y al igual que quien habla,

De la puta vida sacó enseñanza.

Pienso en Camila,

A quien el destino me puso en tres vidas,

En la primera el tiempo no servía,

En la segunda primó mi cobardía

Y en la tercera la discordia,

Donde nos acercamos tanto cuanto se podía,

Donde negamos tantos que aun quedan heridas,

Y recuerdos tan intensos que parecen añoranzas,

De un amor que tuvo sentido y se perdió en la nada.

Recuerdo a Catalina,

Y recuerdo mi alma,

Un pedazo de mi vida se ha ido en extrañarla;

Siento su aroma,

Atrapado en mi almohada,

Y como no recordar aquella jornada

En que la envolví en una manta.

Recuerdo amores de antaño,

Amores pasados de un viejo borracho,

Que en el bar del barrio

Ha ido botando,

No recuerdo mi nombre,

Ni tampoco sus labios,

Solo recuerdo cuanto he amado.

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