No hay caso, por más que lo intento, sonrío. Hice una promesa, le dije que la esperaría, que estaría toda la vida aguardando el momento en que esté lista, y he cumplido, no he mirado a otro lado, ni mucho menos he besado a alguien más; y aqui estoy, confundido, sorprendido por alguien que el destino me puso en el camino, alguien con quien no compartía, alguien que no era mía, y que aún más, yo no le pertenecía. Y aquí estoy, sonriendo, diciéndole a mi mente que no es ser infiel cuando nada ha existido, que está bien no solo amar, sino tratar de ser querido. Y la miro, y añoro esa sonrisa que su mirada provoca en mi, y me llevo a preguntarme ¿Estará bien si trato de ser feliz?

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