Solitario

Debo admitirlo, me equivoqué, me entregué a quien no debía, y lo perdí todo en el proceso. Pagué, por mi ingenuidad y dedicación, pagué; por entregarme a mi error, pagué, y en el fondo fue mi primer amor quien me entregó, y en los brazos del destino en el océano me hundió. Creí encontrar un alma como la mía, vacía, confusa y perdida; pensé encontrar una compañera que sufría como yo todos los días, cuya angustia, desconfianza y tormento la llevaban a temerle a su propia sombra tanto como yo le temía a mi reflejo; y en el fondo no me equivoqué, ella era todo cuánto creía, y más, compartía conmigo la ingenuidad que me caracteriza, creía tanto en los demás que sus propias palabras llegaba a no escuchar, lo mismo que me pasaba mi, que escuchaba a ella, a esa mujer que tantos años atrás me hizo cuestionar mi cordura, que me hizo dudar de mis recuerdos, y a la que, ahora en un ejercicio de idiotez resumida, le confiaba mi vida, mi pasado, mi presente y mi mañana. No la vi jugar, no la vi manipular, ni a ella, ni a mí; y cuando estuve vulnerable, cuando perdí al amor de mi vida, presionó las teclas faltantes y me llevó al suicidio.

Miré a esta niña, que era mi reflejo, mi protegida, y la quise, y la cuide como si fuera mi vida; la escude de cuánto mal pudiera alcanzarla… Y sin darme cuenta, me convertí en la pesadilla, me volví la clase de ser que ella temía, y buscó refugio contra mi. Y en el camino, yo destruí mi vida, mi pasado, mi presente y mi futuro convergieron en un solo estallido, y quedé en la nada.

Hoy desperté por la mañana, más de dos años y siento una intranquilidad en mi alma. Quise encontrarle sentido, quise hablarla y lo mencioné a aquella que quedaba, mi hermana, mi vida. Solo hubo silencio. Por primera vez desde que todo estallara estoy sintiendo de nuevo, veo el futuro incierto, pero veo un futuro, y después de la explosión, no quedé en la nada… Quedé flotando, es cierto. Pero me he puesto de pie de nuevo. ¿A dónde camino? No lo sé, no pueden ser los sueños de aquel momento, ellos se perdieron, ya no soy el hombre que amó, se entregó y erró. Hoy miro el futuro y no se lo que quiero, hoy veo el pasado, y se que recuerdo. Hoy miro a mi ahora… Y solo se que no importa, que la soledad me ha alcanzado, y que no importa lo.que haga, nadie me acompañará en este deambular.

Si, suena frío y sombrío… Pero es mi camino, es mi tormento, es mi alma la que se encuentra inquieta, y me dice: no te aferres, el amor de tu vida aún está, pero la perderás igual, porque no vale la pena acompañar tu sufrimiento.

Cuentos patéticos

Goran Y. Lausic King View All →

Profesor de Historia y Ciencias Sociales, egresado el 2008, Magister en Historia. Con un gusto y una formación literaria que se remonta a 1998, año en que desarrollé mi primera novela no publicada, y que no publicaré jamás (no está en condiciones).
Mi primera novel publicada fue A diez pasos a la oscuridad, publicada en Amazon, y me encuentro en etapa de diseño de portada para Página en blanco, mi segunda novela. Mientras escribo historia, novelas y demases, divulgo mi trabajo corto (cuentos y poemas, principalmente), por medio de este espacio en la web.

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