Pensé que nunca encontraría la otra mitad,

Que mi alma no se desgarraria,

Que mi cuerpo no se completaría,

Que mis ojos seguirían en la oscuridad,

Buscando una sombra de verdad,

Una ilusión, una quimera o una fantasía,

Algo que distraiga de la realidad,

Y pensé que nunca hallaría esa consistencia,

Mi inocencia me dejaría en mi perplejidad,

Sumido en recuerdos, anhelos y fantasmas

Y no en tu nombre que no dejo de llamar.

Pensé que nunca sucumbiria,

Que la nostalgia no me desgarraria,

Que tu alma sería mía,

Que tu nombre esgrimiria

Y mi palabra se silenciaria una vez más.

Ayer me di cuenta que te he llegado a amar,

Que mis ojos han encontrado mi alma

En el árbol que nunca llegué a plantar,

Lejos de todo aquello que me definiría,

Lejos del reflejo de quien me mira,

Distinto de los ojos con los cuales soñaba,

Distinta de la mirada de mi amada,

De aquella que me acompaña en la mañana,

En el suspiro de anhelo de falta,

En el suspiro de falta de alma,

En el suspiro de alma olvidada,

En el alma olvidada hoy hallada.

Cuentos patéticos