Por el ahora he perdido mi alma,

Sumergido en la nostalgia del alba

Tan solo la vista de mi almohada

Es la vista de mi amada,

Ella que huye, ella que escapa,

Que aún a la distancia me acompaña,

Que incita mis andadas,

Que me hace perderme en esperanzas,

Pero cuya ausencia me deja en la nada,

Y me impulsa a los brazos del mañana.

El futuro se ha vuelto una promesa,

Como compañera no es nada sino certeza,

En cada tormento llena sus ausencias,

Y me brinda un trozo de su alma con cada mirada;

Es con esa esquirla que despierto en las mañanas,

Recomponiendo paso a paso un ser quebrado por la distancia,

Emborrachándome con nuevas metas

Que no me dejan ver los recuerdos que me ahogan,

Sumergiéndome en una tormenta eterna,

En la que solo el ayer me trae calma.

Y el pasado me salvaguarda,

Me recuerda quien antes me amaba

Y me deposita los pies en la tierra,

Brindando una suerte de equilibrio a mi alma,

Conciliando la disputa entre el ahora y el mañana,

Porque de mi tiempo estoy fuera,

Miro el ahora, el pasado y el mañana,

Como si no fuera parte de mi persona;

Evadiendo aquello que me conforma,

Resquebrajo mi identidad producto del ahora,

Y la proyecto falsamente en el mañana,

Solo el entonces me encuentra,

Y con ello encuentro mi calma,

Por ella navego la tormenta,

Para conciliar la disputa que entre el ahora y el mañana

Tienen de mi alma, la vieja y la nueva.

Poemas Patéticos