Cuando menos lo pensé ocurrió,

un día como siempre seguro

el rumbo que había perdido apareció,

graficado en una mirada que mi cordura recobró,

que la mía rápidamente despojó,

alejando los velos que no me dejaban ver lo obvio,

que la vida es más que simplemente ver al oscurecer el firmamento,

que había un sentido en todo aquello,

atrapado en un recuerdo de algo que no había vivido,

hasta que la mirada ese día llegó,

y con ello mi cordura retornó.

Temía que moriría sin sentir mi aliento,

lento y mecánico latía mi corazón,

me faltaba una pisca de pasión,

o tal vez una razón

para que al atardecer al mirar el firmamento

mirase de las estrellas su configuración,

buscando una señal del futuro,

que con esa mirada arribó.

Poemas Patéticos