Discurso
Mis sueños me traicionan, le insisto a mi consciencia que he logrado dar un paso más allá, pero cada vez que cierro de los ojos allí está, sin un nombre, sin un rostro; una idea, la idea fija de un futuro prometido que no hallo la hora que llegue. Suelo ser un hombre paciente, sereno y calmo ante las vicisitudes que debo enfrentar, mas todo humano tiene un punto de quiebre, y mi voluntad no es de acero, estoy cerca de un punto en que la promesa no bastará, y para mi la vida no será más que una oferta cruel sin sustento de ser garantizada.
Quien me conoce entenderá la razón demi predicamento; para quien no, he aquí una manera de resumirlo: me enamoré de una idea. Años atrás, cuando recién comenzaba a andar por este transito que se supone es vida, encontré en el apoyo femenino el sustento emocional necesario para afrontar las dificultades que estaba atravesando, confié, me enamoré y la mujer que me atrajo a ello sin miramientos me traicionó. De esa experiencia inicial mi vida es un error emocional tras otro, buscando sentir aquello que en esa etapa inocente creí experimentar; el resultado, mi corazón se ha roto más veces de las que un hombre cuerdo podría contar (y no estoy acá para hablarles de mi nivel de sanidad, que según lo que me han dicho, no está en una etapa ideal). Pero seguí enamorado de la idea, por lo menos hasta que la encontré.
Hace unos años creí encontrar aquello que estaba buscando; fue una gran compañera mientras nos quisimos, yo la amé como no había amado desde esa etapa original, pero ella no lo suficiente como para poder enfrentar mi enfermedad. Sí, si estoy acá es porque estoy muriendo, y tranquilos, no es nada contagiable y que ponga sus vidas en juego, sino mi enfermedad está en el cerebro (y puede ser la causa de la debilidad de mi cordura); el punto es que apenas apareció el diagnostico ella armó sus maletas y se marchó, y hasta el día de hoy no tengo idea de ella, solo que la única vez que le pedí explicaciones su respuesta fue: no quiero enfrentarme a algo como esto; expresión que me pareció cobarde, pues yo no tengo vía de escape por la zona de mi cerebro donde esta alojado el tumor. Perdón, no quería mostrar lastima, ¿Dónde estaba?
Después de ella decidí que dejaría de buscar y me concentraría en disfrutar del tiempo que me quedaba, y para ser honesto, creí haberme desenamorado de la idea. Mas el otro día se armó la tormenta perfecta; junto con el diagnostico de mi doctor – el tumor se está expandiendo, a un ritmo por el que no me da más de dos años – conocí una mujer de la que no dejo de pensar, no voy a decir su nombre porque cada uno de ustedes la conoce, y si conversan entre ustedes podrán dilucidar de quien estoy hablando – por eso los reuní, de hecho -, pero el asunto es que necesito de manera urgente su ayuda. Verán, hay dos cosas que he deseado más que nada en mi vida, amar y ser amado con intensidad, y traer a un hijo a este mundo producto de ese amor; creo que ella es la mujer para ello, pero como se percatarán, no tengo el tiempo a mi favor, por lo que necesito su ayuda, la de todas las personas en su vida, para brindarle la posibilidad de amarla de manera eterna, hasta el fin de mis tiempos, y que ella me ame con tal intensidad que mi paso por el mundo no haya sido infructífero. Se los ruego, ayúdenme con esa posibilidad.
Goran Y. Lausic King View All →
Profesor de Historia y Ciencias Sociales, egresado el 2008, Magister en Historia. Con un gusto y una formación literaria que se remonta a 1998, año en que desarrollé mi primera novela no publicada, y que no publicaré jamás (no está en condiciones).
Mi primera novel publicada fue A diez pasos a la oscuridad, publicada en Amazon, y me encuentro en etapa de diseño de portada para Página en blanco, mi segunda novela. Mientras escribo historia, novelas y demases, divulgo mi trabajo corto (cuentos y poemas, principalmente), por medio de este espacio en la web.