Palabras de mañana
Como cada mañana desperté anhelando tus palabras; claro, era un imposible alcanzarlas, por lo que comencé a inventarlas, fingí conversaciones, inventé como me recriminabas por todo aquello que estaba haciendo, y yo, con la cabeza gacha escuchaba cada una de tus falsas palabras. Busqué en tus posibles argumentos, esos que logré construir en base a…