El soñador

Orlando miraba la pantalla del computador con nostalgia por las personas que había dejado atrás, no porque quisiera, sino porque las circunstancias de la vida misma los habían impulsado a cada uno de ellos a adoptar caminos que diferían de aquel que el transitaba. Era una soledad forzosa, debida principalmente al azar y al éxito personal que cada una de las personas en su vida había logrado alcanzar… éxito a costa de quienes acompañaron el recorrido, pero triunfos al final del día.

Con una botella de cerveza recordaba aquellas tardes al salir de las clases de la universidad cuando con sus compañeros e dirigían a algún bar local y tras unas cuantas rondas el mundo se volvía un mejor lugar, uno que con sus propias voluntades pudieran arreglar. Una gota buscaba brotar de sus ojos cuando en su mente la palabra conformista aparecía para describir a sus ex compañeros de aula; según sus impresiones eran todos unos vendidos a la vida, unos resignados ante la posibilidad de cambiar la sociedad. Él por supuesto que no se permitiría caer en ese juego, aunque todo el mundo reclamase que se había vuelto un idealista incapaz de madurar a él no le importaba, sus ideas y convicciones las lograría perfeccionar a un punto que el mundo las dejase de considerar una locura, donde todos los demás se dieran cuanta a cuanto habían renunciado al dejar pasar aquellas cosas con las que solían soñar.

El teléfono sonaba, un compañero de causa, de armas, le decía que era el momento de actuar; la hora de los soñadores se acercaba, y debían comenzar a accionar.

Abrió su gestor de correo y comenzó a escribir una misiva masiva a todas las mujeres que hace tiempo amó; les describió que las caricias compartidas se habían vuelto recuerdos perfectos y que desde que decidiera avocarse por completo a su causa no habría habido otro ser humano aparte de ellas que le permitiera conocer la necesidad de soñar y proyectarse más allá que lo que la mecanizada vida del presente permitía. Mientras sus dedos presionaban las teclas sonreía, una idea de cada una de ellas con una lagrima en la mejillas al ver su despedida se convirtió de pronto en un sueño a pronto de poderse realizar, mas como deseaba verlas en persona era un pequeño detalle que solo en su imaginación habría de quedarse. Escribió las últimas letras de la carta y presionó la tecla enviar, abrió de inmediato su cuenta de twitter y su manifiesto comenzó a esbozar.

“El mundo es más que el aquí y el ahora, Da Vinci pensó que el hombre podía volar, y hoy demostraré que es la verdad” comenzó a escribir en una serie de mensajes cortos que pronto comenzaron a ser difundidos de manera viral, “el avance de la tecnología nos ha quitado las capacidades de soñar, que somos más que carne y hueso, sino que potenciales dioses que no saben cuándo parar. Hoy en cada ciudad del mundo se extenderá un movimiento, y nosotros, los llamados a ejemplificar con acciones las capacidades del hombre somos los llamados a recordar que todo es para volver a soñar.”

Orlando se alejó de la pantalla del computador y se acercó al balcón; su compañero de ruta ya había llamado a los medios, por lo que el mundo estaría observando abajo, a través de miles de ojos de cristal. Orlando suspiró y cerró los ojos, disfrutó del viento en su rostro y dio un paso al vacío. El mundo se conmocionó al verlo caer libremente a toda velocidad, pero el impacto mayor fue cuando sus brazos parecieron volverse alas haciéndolo ascender de nuevo hacia el cielo, a un lugar del que nunca nadie más lo vio regresar.

Cuentos patéticos

Goran Y. Lausic King View All →

Profesor de Historia y Ciencias Sociales, egresado el 2008, Magister en Historia. Con un gusto y una formación literaria que se remonta a 1998, año en que desarrollé mi primera novela no publicada, y que no publicaré jamás (no está en condiciones).
Mi primera novel publicada fue A diez pasos a la oscuridad, publicada en Amazon, y me encuentro en etapa de diseño de portada para Página en blanco, mi segunda novela. Mientras escribo historia, novelas y demases, divulgo mi trabajo corto (cuentos y poemas, principalmente), por medio de este espacio en la web.

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