¿Tus dudas o las mías?

Eran pasadas las diez de la mañana y seguía atascado en mi cama, mi cuerpo pesado era un recordatorio de todo cuanto había salido mal la noche anterior, de como a pesar de mis mejores intenciones no había logrado cambiar mi destino, y tu silueta no se había logrado estampar en el otro lado del colchón. Una noche más buscándote, como lo llevo haciendo de manera constante desde que te dejé de ver, y como siempre, no ha habido ni un aproximamiento al resultado esperado. No entendí el porqué de tu partida, pero pensándolo bien, tampoco tengo del todo claro si fui yo el que me marché en realidad; el pasado me es una neblina densa y confusa que obstaculiza mi vista, pero como te extraño tanto no puedo dejar de considerarlo a la hora de construir el camino que tendré que seguir, ¿como hacerlo si no he sabido avanzar si no es contigo en el sendero?

Logré quebrar el cuello, el dolor de cabeza, aunque gigante, era opacado por el silencio que reinaba en mi pieza, un cuarto oscuro debido a las cortinas y persianas cerradas que impedían todo paso de luz, todo menos el del televisor al frente de la cama que emitía imágenes y ruidos que debido a  mi somnolencia no lograba diferenciar. No te vi a mi lado, no me extrañaba pero me impactaba. Cada mañana sin tu aliento a mi lado implicaba que una pizca más e mis fuerzas se iba a desvanecer al finalizar la jornada, en ese intento sobrehumano de buscarte y alcanzarte… ¿alcanzarte?¿fuiste tú la que se adelantó, o acaso fui yo? No recuerdo las razones de lo que pasó, pero se que algo pasó, y creo que es mi culpa, la angustia es demasiado grande como para que hubiese sido de otra manera.

Cuando cerré los ojos y suspiré, volví a ver tu cuello, sentí tus dedos entre los míos y por un instante breve sentí algo similar al alivio, pero no era real, mis ilusiones no eran reales, hacía rato habías partido, me habías dejado a un lado, abandonado, triste… ¿lo hiciste? La duda me invadió de nuevo, fuerte, mucho más poderosa que nuca… y sucumbí.

Desesperado me levanté de la cama y busqué cualquier evidencia de mi vida contigo, dude hasta del último detalle… ¿y sabes que encontré?… Una carta en la que me demostrabas que tu también dudaste, que me decías que nunca las palabras que ambos ocupamos significaban lo que ambos pretendíamos que significaban, que yo no te amaba, que solo te veía como un instrumento más en mi vida, uno que estaba usando para sacar el fantasma de tu ex… ¿o eso es lo que estabas haciendo tu, y las dudas eran todas mías?

Entré al baño, me moje la cara buscando ahogar la desesperación, salí de la pieza y tu silueta todavía estaba tibia… ¿como no la había visto en medio de toda la oscuridad?… entraste de golpe y me abrasaste con miedo, me preguntabas si hoy te veía, si hoy te reconocía, y en ese instante me pregunté… ¿es esto real o vivo una fantasía?

Cuentos patéticos

Goran Y. Lausic King View All →

Profesor de Historia y Ciencias Sociales, egresado el 2008, Magister en Historia. Con un gusto y una formación literaria que se remonta a 1998, año en que desarrollé mi primera novela no publicada, y que no publicaré jamás (no está en condiciones).
Mi primera novel publicada fue A diez pasos a la oscuridad, publicada en Amazon, y me encuentro en etapa de diseño de portada para Página en blanco, mi segunda novela. Mientras escribo historia, novelas y demases, divulgo mi trabajo corto (cuentos y poemas, principalmente), por medio de este espacio en la web.

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