Con la mirada en alto,

y los sentidos bien alertas,

sabes que no es cierto

eso que suena en tu cabeza,

que te persigo,

que me castigas,

que yo no sueño

contigo todavía.

Veo en tu mirada

una frialdad enorme,

siento que no entiendes

donde esta el horizonte,

deambulas sin sentido,

yo no quiero ser tu amigo,

tus labios ya no encantan,

tus palabras no me engañan,

el miedo te domina,

y cerca mío no respiras.

Oigo tus pisadas,

en el fondo no te escapas,

anhelas que te alcance

y te devuelva las mañanas,

aquellas que quitaste

entre mentiras y estocadas,

aquellas que manchaste

con la sangre derramada.

Cuentos patéticos