La bestia
No me deja respirar ese hedor que la acompaña no me deja ni pensar, esas luces que me ciegan me recuerdan la omnipresencia de esta enferma ciudad, de esta expresión de inhumanidad, de este monstruo insensible que devora los sueños de todo aquel que se la atreve a habitar. Pero no quiero escapar, si no…