Mis ojos rompen en llanto,

las palabras se atascan

y de mi garganta no saldrán,

mis manos se apresuran a buscar el teléfono,

solo oír tu voz en algo me aliviará.

No es simple pensar que estás ya tan lejos,

aun no parto y sé que te he dejado detrás,

que he hecho caso omiso a lo que siento

porque he debido partir

producto de la necesidad.

Y a pesar del silencio

de verte no dejo,

cada minuto desocupado

es llenado con la imagen

de aquella a la que he debido dejar,

recuerdo lo que estoy perdiendo

y el dolor no me deja de acompañar,

y roba mis sueños,

y se apodera de mis fuerzas,

y me hace por un instante dudar

si allá, tan lejos,

podré continuar con fuerza

sin tener la posibilidad de mirar tus ojos

y descubrir ese secreto

que no me deja descansar.

Poemas