Es difícil reconocer

que a pesar de las palabras y las miradas,

de los instantes y los segundos

que han ido quedando atrás,

nada ha dejado de doler,

que cada vez que veo tus ojos

siento que mi alma va  a desfallecer,

débil, indefensa, perdida en remembranzas

en ilusiones ambiguas de esperanza,

de un futuro posible que nunca llegará a ser.

Duele describir

que a pesar del esfuerzo puesto

sin ti no puedo dejar de vivir,

que por mucho que lo intento

no logro recobrar

aunque sea la última gota de mi aliento,

que en cada sueño que experimento

sigues tan presente como ayer,

que ni el dolor, la distancia y el tiempo

han logrado tu esencia hacer desaparecer.

Extraño tu aroma,

más de lo que extraño mi paz,

me hace falta sufrir por tu culpa,

a pesar que eso no me dejaba respirar.

Estoy perdido y me haces falta,

sin tu voz cerca

todo perdió su importancia

sin tu aroma el aire es solo aire

y el suelo que estoy pisando

me es tan ajeno como lo sería un ser extraño.

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