Sabes, a tantos meses de haber perdido contacto contigo,

soy capaz de reconocer que todavía por ti respiro,

de que cada recuerdo para mi es un alivio,

una manera de hacer silenciosa tu ausencia,

hacer más soportable mi decisión.

Sé que fui yo quien se marchó,

quien al final nunca se las jugó,

quién permitió que el destino me pusiera en esta situación,

donde me encuentro tan lejos

que ya no puedo sentir tu presencia.

No pretendía sentir todo esto

el momento en que te conocí,

me encontraba sanando de heridas pasadas,

por lo que tan solo quería ser libre y disfrutar el tiempo que me quedaba,

sabía que más pronto que tarde me marcharía,

y no era mi idea formar vínculos que hoy me pesarían;

pero unas cuantas palabras tuyas me bastaron,

hicieron desaparecer toda idea que en mi mente se había formado,

me dejaron atrapado en tu ser,

embobado por tu persona,

dispuesto a arriesgarme por algo que en un plazo corto

causaría un dolor como el que siento ahora,

para que a meses de silencio,

tu rostro siguiera poblando mis sueños,

y mis suspiros sean por algo,

que hoy no siento ni comprendo.

Han pasado muchos meses desde que no te veo,

y no se si es por la nostalgia,

que nunca he podido quitar tu rostro de mi mente,

lamento que las cosas terminaran así,

tú tan lejos,

y yo tan ausente,

me aferro a un eco,

a una esperanza de que me estés esperando en casa,

pero sé que son ilusiones vanas,

tan solo fantasmas que mi mene quiere ver como posibilidades.

Me aferro a mis recuerdos

para construir ficción que pueda sanarnos,

en mis sueños,

las trabas que me impidieron demostrarte todo lo que siento

nunca fueron un obstáculo,

el tiempo siempre fue suficiente

para que los dos nos sintiéramos amados.

Pero es ficción,

y es lo único que me queda,

y aunque suene triste,

por medio de este poema,

me desprendo de lo que me queda de ti,

la nostalgia y el recuerdo,

porque siento que mañana

no podré vivir si sigo con ellos.

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