Al final de todo
Me hallo desesperado buscando una salida, el dinero no me alcanza, los prestamistas me persiguen y estoy enfermo de SIDA; no e como salir, y por supuesto que no quiero morir, me encuentro arrinconado en esta esquina de la vida.
Sufro pensando en como salir, mi mente divaga buscando un escape, y en esa búsqueda suelo desviarme con el grato recuerdo de como llegué a este lugar, y a decir verdad, no me arrepiento de nada. He pasado 40 años viviendo la vida con una política de libertinaje total, de recreación constante y diversión perpetua, de alegria, de gozo, puros excesos sin reparos. Robe cuanto pude robar, asesiné a cuantas personas se me pusieran en el camino, me aproveché de cuanto ser humano conocí, viole a cuanta mujer encontré y estafé a cuanto empresario conocí. Tuve mucho dinero, pero todo lo derroché en drogas; mi juerga me fué arrastrando hasta el fondo del abismo, y como dije, ya es muy tarde para salir de él.
No siempre fuí así, recuerdo claramente que en mi adolescencia fuí un hombre de fe, un hombre bueno de alma, que buscaba siempre poder ayudar, hasta que un día, el diablo me solicitó ayuda, al diablo ayude, y el diablo me logró corromper. Solía querer ser sacerdote, o bien un pedagogo, o bien un asistente social; lo único que quería era ayudar a la gente a salir de los problemas en lso que los metia la sociedad.
Fue en esa ayuda que desesperadamente buscaba brindar que conocí mi destino, mi futuro y mi perdición; fué de esa manera que conocí a la mujer que me arrastró al fondo de este abismo, que me enseño el lado oscuro de esta civilización. Se trataba de una dama de sociedad, de alta alcurnia pero poco respeto por todo lo demás, sus dioses eran la lujuria y el exceso, y su religión se basaba en el consumo de alcohol. Me sedujo con su mirada, y al mes con sus caricias me corrompió, me dejó blasfemando contra mis creencias pasadas, y cuando logró extirpar toda bondad en mi, me abandonó producto de una intoxicación. Cuando falleció debí haberlo tomado como una advertencia, pero uno, que se haya perdido en la oscuridad, ve las cosas de otro modo, y no encontré cosa mejor que rendirle tributo a la vida que su escencia le extirpó. Así me convertí a la religión del alcohol, y no pasó mucho antes que cayerá en una nueva clase de dependencia; idolatraba las drogas, la marihuana, heroina y pasta base, consumia cuanto caía en mis manos, y ese exceso se convirtió raudamente en un patrón.
Estoy buscando una salida, buscando desesperado conseguir mi redención; por que después de todo este exceso me doy cuenta de mi error, del camino que abandoné, y de que lo único valido que me queda por hacer es conseguir el perdón de Dios.
Goran Y. Lausic King View All →
Profesor de Historia y Ciencias Sociales, egresado el 2008, Magister en Historia. Con un gusto y una formación literaria que se remonta a 1998, año en que desarrollé mi primera novela no publicada, y que no publicaré jamás (no está en condiciones).
Mi primera novel publicada fue A diez pasos a la oscuridad, publicada en Amazon, y me encuentro en etapa de diseño de portada para Página en blanco, mi segunda novela. Mientras escribo historia, novelas y demases, divulgo mi trabajo corto (cuentos y poemas, principalmente), por medio de este espacio en la web.